Ni en el mejor de mis sueños podía haber imaginado el grandiosísimo acontecimiento vivido el día 29 de Septiembre: la boda de mi hija Cristina con Rubén.
Describir a modo de resumen lo ocurrido ese día me resultaría imposible, pero no me queda otra que expresar, de alguna manera, algunas de mis vivencias y sentimientos de un día realmente inolvidable.
Hasta llegar a este día habíamos pasado por los preparativos; anuncio de boda, iglesia, restaurante, visitas a las tiendas de ropa, invitaciones, elaboración de nuestros típicos dulces, despedida, etc. etc.
Si bien es cierto que de la última semana hubiera elimado un hecho que afortunadamente se va resolviendo favorablemente, la recaída en la salud de mi hermano Maxi. Un nuevo revés que poco a poco va superando el mayor de los hermanos que nos ha tenido en vilo durante los días previos y también posteriores hasta ver la luz a día de hoy.
Otro hecho, menos importante, pero significativo durante la semana, fue la lluvia, pero, como si de un interruptor se tratase, a las 7 de la mañana, las nubes se escondieron para que los novios y acompañantes disfrutásemos de un día maravilloso.
A las doce y algunos minutos el novio, madrina y acompañantes, como es preceptivo en estos casos (o al menos en este), habían salido para la Iglesia donde les esperaba el fantástico coro rociero, y las consiguientes emociones. Acto seguido, y con un poco de retraso -como suele ser también habitual-, llegó la comitiva de la novia. A la puerta de la iglesia estaba esperando el coro rociero para recibir a la novia y dedicarla una bellísima canción "esta tarde se casa mi niña", que, por cierto, me hizo pasar un mal trago -emocional-.
A continuación nos dirigimos hacia el altar donde esperaba "impaciente" el novio. Dentro del templo todo estaba en las buenas manos del Párroco José-Ángel .
Compromiso, firmas, felicitaciones, fotos................ y al banquete.
Allí, pueden imaginar, degustación del exquisito menú que nos tenían preparado Los Salones Antonio.
En el transcurso de la comida alguna que otra sorpresa que tenían preparados los novios y también los amigos, como se puede ver en imagenes. A continuación, baile, hinchables para los peques y también para los mayores.
No puedo pasar por alto los emotivos momentos que nos hicieron pasar la sobrina Rocio -con su dulce voz- y Paco, mediante el montaje fotográfico repasando diferentes etapas de sus vidas que nos hicieron soltar alguna que otra lágrima a gran parte de los invitados. En torno a las 9 de la noche nos trasladamos a casa. Allí nos esperaban los "payasos", para deleite de los niños y, para poner la guinda al pastel, el grupo musical Dúo Solera nos amenizó la noche-madrugada y lo pasamos pipa. Mucho baile y alguna copilla en un ambiente y convivencia difícil de expresar.
Agradecimientos:
Quiero dar las GRACIAS a nuestras familias, amigos, vecinos y allegados que nos han mostrado todo su cariño y disponibilidad para que todo saliera como deseábamos. Disculpas a nuestros invitados por no poder haberles prestado el tiempo que hubiéramos querido. Es imposible estar con todos el tiempo que habéis merecido.
Gracias a las grandes familias de Arrabal y Valdeverdeja que lo han dado todo por el bien común.
Gracias a mi hija Cristina y a su ya marido Rubén, por haberos volcado en todo momento y habernos hecho tan felices en este vuestro/nuestro día.
Gracias Rubén, por haber aterrizado en esta tierra que con tanto cariño has tomado. Has sido una bendición para esta casa.
Gracias a nuestros consuegros Ángel y Glori, os merecéis lo mejor, sois insuperables.
Gracias a mi mujer, Finita, por haberme dado una hija a la que tanto quiero.
Gracias hija, gracias Rubén, por seguir nuestro ejemplo. Recordad que en el largo camino que os queda por recorrer, tendréis que superar momentos difíciles. Esos momentos tienen que servir para haceros más fuertes y estar más unidos.
¡¡¡ MUCHAS FELICIDADES POR TODO QUERIDOS HIJOS !!!
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