La Función de Mayo del 2011 ha pasado a la historia. A pesar de que las predicciones meteorológicas amenazaban abundante agua, no fue para tanto. De vez en cuando, para que no se nos olvidara, un chaparroncito y..... a seguir la fiesta. Comenzamos el viernes-noche con baile en la carpa. En uno de los descansos, el ya tradicional bingo. El afortunado: Vidal (artcromo). En la jornada del sábado por la mañana, baile a cargo del Pillo. Por la tarde, exposición de Mayos. El barrio del pozón con una estupenda representación de aceituneros; el de la plaza "los relojeros"; el de la ermita "los toreros" y los peques -a lo suyo- "las chuches". Todo ello amenizado por la estupenda charanga "los chocolateros" que, con su música, hicieron bailar al numeroso público asistente.
Por la noche de nuevo a bailar y bingo, en esta ocasión fue a parar al bolsillo de Wenceslao (el concejal). Los fuegos artificiales fueron suprimidos, -creo que acertadamente-, para ahorrarse un dinerillo en el presupuesto municipal.
El domingo comenzó con el pasacalles a cargo de la banda de música -extraordinaria- Ntro. Padre Jesús Nazareno. Muy bien dirigida por el amigo y colaborador Olegario, hicieron gala de su amplio repertorio por las calles del pueblo. A continuación nos trasladamos al templo parroquial donde nos encontramos con la grata sorpresa de la presencia de David, sacerdote de origen verdejo (de los pelichurros) que, además de contarnos sus vivencias, mostró grandes y sencillas dotes de orador. La iglesia estaba repleta. La banda, con su música, llegó a emocionar a más de uno. A la salida de Misa nos encontramos con otra sorpresa; una carroza y varios caballos esperaban para acompañar a la procesión. Llegamos a la Ermita y se celebraron las tradicionales pujas. Al entrar con la Virgen a la Ermita, emociones, muchas emociones.
Y como las previsiones meteorológicas habían sido confusas, la romería que todos los años celebramos en los jardines de la Ermita, se trasladó a la plaza del ayuntamiento. Allí nos esperaba una gran paella. Cogimos nuestro correspondiente plato, nos lo comimos (en casa de Mari-Paz y Pepe) y, después, otra vez a la plaza. En un gran ambiente de sosiego y tranquilidad; juegos para los niños, conversaciones, cafés, copas, cervezas y........... en la nueva Tienda de Rubén, un largo ir y venir en busca de helados y chuches con agrado vallisoletano. Mi panda de amigos cerramos las fiestas con una merienda-cena en casa de Jose y Rosi .
Para finalizar, mi reconocimiento al buen trabajo que realiza la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de nuestro pueblo. No olvido mi compromiso de dedicarles un amplio artículo a este grupo de voluntarios por la gran labor que hacen en los actos del pueblo.
A continuación, la Función en imagenes:
Por la noche de nuevo a bailar y bingo, en esta ocasión fue a parar al bolsillo de Wenceslao (el concejal). Los fuegos artificiales fueron suprimidos, -creo que acertadamente-, para ahorrarse un dinerillo en el presupuesto municipal.
El domingo comenzó con el pasacalles a cargo de la banda de música -extraordinaria- Ntro. Padre Jesús Nazareno. Muy bien dirigida por el amigo y colaborador Olegario, hicieron gala de su amplio repertorio por las calles del pueblo. A continuación nos trasladamos al templo parroquial donde nos encontramos con la grata sorpresa de la presencia de David, sacerdote de origen verdejo (de los pelichurros) que, además de contarnos sus vivencias, mostró grandes y sencillas dotes de orador. La iglesia estaba repleta. La banda, con su música, llegó a emocionar a más de uno. A la salida de Misa nos encontramos con otra sorpresa; una carroza y varios caballos esperaban para acompañar a la procesión. Llegamos a la Ermita y se celebraron las tradicionales pujas. Al entrar con la Virgen a la Ermita, emociones, muchas emociones.
Y como las previsiones meteorológicas habían sido confusas, la romería que todos los años celebramos en los jardines de la Ermita, se trasladó a la plaza del ayuntamiento. Allí nos esperaba una gran paella. Cogimos nuestro correspondiente plato, nos lo comimos (en casa de Mari-Paz y Pepe) y, después, otra vez a la plaza. En un gran ambiente de sosiego y tranquilidad; juegos para los niños, conversaciones, cafés, copas, cervezas y........... en la nueva Tienda de Rubén, un largo ir y venir en busca de helados y chuches con agrado vallisoletano. Mi panda de amigos cerramos las fiestas con una merienda-cena en casa de Jose y Rosi .
Para finalizar, mi reconocimiento al buen trabajo que realiza la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de nuestro pueblo. No olvido mi compromiso de dedicarles un amplio artículo a este grupo de voluntarios por la gran labor que hacen en los actos del pueblo.
A continuación, la Función en imagenes:
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